miércoles, 26 de noviembre de 2014

The Song Remains the Same

Escuchar a Letz Zep en el siglo XXI es como revisionar la película The Song Remains the Same de la banda original Led Zeppelin. Los dobles de Robert Plant y Jimmy Page no son dos dionisos en pleno auge setentero, pero cumplen dignamente el papel de revisitadores del mito.

Rock and Roll tiene la contundencia y el ritmo sostenido de aquellos dioses que alumbraron el hard rock partiendo de las bases rítmicas del blues. Al redoble inicial de tambor de John Bonham le siguen los larsens/trallazos de guitarra y punteos afilados de Jimmy Page. Mientras el timbre agudo de la voz de Robert Plant encuentra su contrapunto en el bajo de John Paul Jones, que suena como un motor a reacción.

Since I´ve Been Loving You es una balada bluesy desgarrada y rompecorazones. Robert pone el sentimiento a flor de piel como si le fuese en ello la vida. Y Jimmy digita con asombrosa velocidad y swing, dominando el tempo. Este pasaje de desamor y celos está pespunteado por el bajo saltarín de John Paul Jones. Plant dramatiza esta historia de amor contrariado y Bonham replica cada uno de los quejíos del vocalista con el baquetazo medido de las discusiones de pareja.

A No Quarter le precede una larga intro en la que el trémolo sonido de teclado y los aires orientales del órgano de John Paul Jones nos trasladan a una sala flotando entre volutas de humo de los sticks de incienso. O a un baño turco donde forzudos masajistas distienden los músculos del estresado ejecutivo entre los vapores que emanan de la sauna. Hasta que la batería y la guitarra desgarran el velo de tranquilidad y quietud. En concreto, Jimmy disturba el ambiente relajado entonando un Om guitarrero, rasgando con el pedal wah-wah a pleno pulmón. Y entre bufido y bufido se casca un punteo brutal con mucho soul. Bonzo, por su parte, hace un trabajo minimalista al chaston. Pero el verdadero protagonista de la canción es John Paul Jones, quien le saca chispas a su órgano Hammond cual fogonero alimentando con más madera su máquina de vapor. Ante semejante panorama a Plant no le queda otra que hacer posturitas sexys y dedicarle sus gorgoritos a Buda por el bien de su futuro karma.

The Song Remains the Same es vivaz y vivaracha, casi punky. El riff de Jimmy es cortante y sus larsens ribetean la música con sus adornos. El galope del bajo por las veredas de la canción nos traslada a un día de caza del zorro a caballo en el bosque o campiña ingleses. Entonces Robert Plant entona "I had a dream ..." como un juglar medieval a la par que Jimmy Page resopla para llegar a todas las notas con su guitarra en un derroche de facultades. Su panoplia de aspavientos contrasta con el despilfarro melódico/musical. Caracolea y se obceca, se contorsiona y disfruta, se vacía y choca contra un muro de incomprensión/incomunicación, exacerbado por los grititos repetitivos/reiterativos de Robert Plant: It is the springtime of my loving ... You are the sunlight in my growing ... Mientras se retira al hogar apacible donde cobijarse del frío invierno entre arabescos y glisandos, gracietas y risas. Punteado por una batería de artificios musicales como el crepitar del fuego en la chimenea de un refugio de montaña alpino. Hacia un final apoteósico liderado por Plant y sus grititos de minino carcajeante como el gato de Cheshire de Alicia en el País de las Maravillas.

A Dazed and Confused le precede una tonada con riff de bajo a lo Henry Mancini en La Pantera Rosa. A la que se unen una guitarra líquida y el gong/plato, recreando los andares sigilosos de un intruso en la mansión del amor. Y el sonido a espuertas del pedal wah-wah de Jimmy lo inunda todo. Metidos en harina, al mareo y confusión sentimentales de Plant le dan réplica los bufidos guitarreros de desamor y celos de Page. Tras el berrinche Mamama Mind, Comeon Comeon Comeon de Plant, la banda sale disparada como caballo desbocado. Y hace el trenecito con el retumbar de los tambores y la olla a presión que es Jimmy Page a la guitarra, mientras el bajo melódico de John Paul Jones transmite velocidad y desconcierto. Las mismas que sumen al enamorado que representa Robert Plant en un mar de dudas. Hasta llegar al interludio hippie en medio de la canción, "Going to San Francisco" de Scott McKenzie. Aunque pronto regresan la confusión y el caos propios de los Zeppelin con duelos entre la voz y la guitarra que llevan la canción a un escenario con toques tétricos y tenebrosos que auspician el rock horror de Black Sabbath.

De Stairway to Heaven poco se puede decir que no se haya dicho ya. Se trata de una canción prodigiosa que pretende incluir desde los sones acústicos, medievales del principio hasta el desenfreno rock del medio y la apoteosis con final feliz ... and she is buying a starway to heaven. Pero precisamente en su ambición de perfección radica su debilidad. Eso sí, verla ejecutar en directo con el baile de mástiles acústicos a las doce cuerdas y la potencia eléctrica de la Gibson de Page, sigue siendo un deleite para los sentidos. A las posturitas protocolarias y poses un tanto moñas de Plant mientras mastica la letra al principio, le sucede un cambio de ritmo entre gritos y alaridos, con Page buffando a la guitarra mientras John Bonham redobla con persistente contundencia.

Moby Dick es otro clásico del grupo para lucimiento personal de John "Metralleta" Bonham. Su intro guitarrera y bluesy pronto da paso al solo de batería que Bonzo, liberado de las baquetas, toca con las manos. Sobre un ritmo sincopado, el baterista mueve todos los elementos de su instrumento con una intensidad y frenesí salvajes.

Whole Lotta Love está entre las canciones fundacionales del Hard Rock. Un saqueo a manos llenas del tema You Need Love que Willie Dixon compusiera para su colega Muddy Waters. El riff de bajo inicial es perfectamente reconocible al igual que el de guitarra, si bien los Zeppelin de dan un toque duro y cortante. El interludio es un poco Sci-Fi con grititos a cargo de Robert "Minino" Plant y efectos fruto de la producción de Page. Es especialmente destacable el pasaje bluesy en el que Plant se despendola con lamentos y quejas, llantos y protestas en un tono entre la súplica y la prédica "boogeando" ante su amada/engañada a cambio de redención.

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