sábado, 2 de febrero de 2019

Micah dispara a matar ..., pero nos emociona

El duende de Micah P. Hinson pasó por el Kafe Antzokia el 30 de Enero en Bilbao y disparó directo al corazón. Me consta que hay quien quedó destruido, pero otros salimos reconfortados por su magia y misticismo apócrifo.

Desde antes de empezar, las cosa prometía. Micah había vendido tantas entradas por adelantado que el concierto se movía de la Kutxa Beltza (Antxiki, como bien dice el maestro Cubillo, a mi vera durante el Concierto) a la Sala Principal del Antzoki. Como tengo por costumbre, saqué mi ticket en taquilla por el fetichismo de la entrada de imprenta y en condiciones, y no esos folios que te imprimes tú mismo desde Internet.

Fue llegar y besar el santo, allí estaba el mismísimo Micah, en el escenario y de espaldas al escaso público de los momentos previos al espectáculo, departiendo con el Técnico de Sonido. Saco-Mochila a la espalda, gorro de lana negro en la cabeza, gafapastas, visera verde colgando del cinturón, chaqueta de cuero marrón y chinos a juego, y unas John Smith tobilleras de color rosa palo.

Llegada la hora, Micah salió desde el fondo del escenario con la misma indumentaria, salvo por el gorro que se había quitado, y que dejaba a la vista una melena hasta los hombros, si bien llevaba rasurada la parte de atras de la cabeza por debajo de las orejas. Impresionaba verle en el escenario grande del Antzoki con la única compañía de un pie de micro, su guitarra acústica y un par de monitores.

Si exceptuamos el arranque (Beneath the Rose y Caught in Between del Gospel of Progress, Kiss Me Mother, Kiss Your Darling del disco de versiones "All Dressed Up and Smelling of Strangers"), me pareció que prácticamente todas las canciones eran de los últimos cuatro álbumes de Micah, en los que estoy menos puesto. Me consta que desgranó el último prácticamente al completo ("When I Shoot at You with Arrows, I will Shoot to Destroy You") que después le compré y me firmó en vinilo: I am Looking for the Truth, Not a Knife in the Back, The Sleep of the Damned, Fuck Your Wisdom, When I Shoot at You with Arrows, I will Shoot to Destroy You, Small Spaces, My Blood will Call out to You from the Ground. También repasó bastantes canciones del penúltimo ("The Holy Strangers"), que también aproveché para comprarme en CD: The Great Void, Lovers Lane, Oh, Spaceman, Darling I Fear, The Last Song, The Lady from Abilene, Come by Here.

Como ya hemos dicho en alguna otra ocasión en este blog Micah P. Hinson and the Opera Circuit (y si no, lo decimos ahora, pues no me voy a poner a mirarlo) Micah suena como el hijo bastardo de Dylan y Cohen más un puñado de Nick Cave, una pizca de Jeff Buckley y una miaja de Roy Orbison.

Hasta bien avanzado el concierto, Micah apenas si nos dedicó un lacónico Thank You entre canción y canción. Sin embargo, se mostraba nervioso consultando su reloj porque, según nos comentó, desde la organización le habían prevenido de que el transporte público un miércoles en Bilbao tenía una hora tope de vuelta a casa. Por mi parte, yo me había calculado el límite de las once para volver en metro a Algorta, esto es, dos horas y media después de empezado el concierto, tiempo más que de sobra. Lo que no quita para que me entrase un complejo de Cenicienta cada vez que Micah se miraba la muñeca con gesto entre teatral y beodo (esto último supongo que sería culpa de la miopía y los cegadores focos a partes iguales).

Si bien al principio me pareció que le costaba coger el tono y sonar afinado, me admiró de Micah su maestría a la hora de arpegiar los arreglos más complejos con la única ayuda de su guitarra. Guitarra tatuada con el slogan que Woodie Guthrie hiciera famoso en la suya: This Machine Kills Fascists, así como con otro de cosecha propia Choose Vanity over Wisdom, lo que en términos religiosos (Eclesiastés) vendría a ser la lucha que en cada persona se libra entre el Mundo y su Vanitas/Vanitatum y la Sabiduría Divina.

Más adelante se fue soltando, y nos contó tres suculentas anécdotas.

En primer lugar, nos confesó que su mujer estaba esperando su tercer hijo, lo cual era poco menos que un milagro, ya que el primero llegó cuando estaban a punto de tirar la toalla después de cinco años intentando tener hijos.

También contó que cuando, tal y como suele hacer, le tocó por primera vez a su mujer Darling I Fear (aunque recogido de forma tácita en el texto, en las notas del disco Micah hace referencia a la vuelta a casa del padre/soldado en el contexto de la Guerra de Secesión Americana, y cómo éste viola y asesina a una prostituta) ella no paró de llorar hasta que él acabó de cantar y entonces le preguntó si la canción iba sobre ella (por supuesto que no, amor). Por otra parte, cuando tocó esta misma canción en un programa de radio en Inglaterra le dijeron que era muy romántica, ante la extrañeza de Micah y con el consiguiente comentario jocoso sobre la idiosincrasia de los británicos.

Cuando tocó In the Pine de "All Dressed Up and Smelling of Strangers" contó que su padre era de un pueblo próximo al de Leadbelly, el mítico bluesman, y que recordaba haber comprado el Single (78 Rpm) por un Cuarto de Dólar (Quarter). También comentó la leyenda de que Kurt Cobain decidió tocar este tema durante la grabación del directo "Unplugged" de MTV sin dar pistas ni siquiera haberla ensayado con el grupo. Un ejemplo de improvisación y creatividad sobre el escenario, dijo emocionado Micah.

Por último, nos agradeció nuestra presencia y el hecho de que, al haber desbordado las previsiones de venta de entradas, hubiese conseguido pasar del Antziki a la Sala Principal, con la consiguiente mejora económica para su bolsillo y el de su familia, ya que su actividad musical es la única manera que tiene de mantenerla.

Al finalizar, y tras fumarse un cigarro (con boquilla, siempre con boquilla) en el backstage, se quedó en las escaleras del Antzoki vendiendo y firmando discos y CDs. Yo aproveché para que me firmase su novela corta "No Voy a Salir de Aquí" y, como buen completista, cerré la terna de adquisiciones con un directo de la BBC en CD. Y, tras felicitarle por el concierto, me despedí con un apretón de manos y un sentido

 ¡¡¡Hasta Pronto Micah!!!

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