viernes, 1 de febrero de 2013

Ziggy Stardust de David Bowie por Capsula



La banda de rock argentina Capsula se animó el año pasado a homenajear al disco glam por antonomasia, Ziggy Stardust and the Spiders from Mars de David Bowie, coincidiendo con el 40 aniversario de la publicación del álbum original. Aprovechamos la ocasión para poner un par de videos, y hacer una breve semblanza de la repercusión que Ziggy en especial, y el glam en particular, tuvieron sobre la juventud británica.

Para empezar, su lanzamiento coincidió con el fin de una era. En concreto, con el cambio de década, de los 60s a los 70s, el rock británico había madurado, atrás quedaba la psicodelia y el hippismo post-beatle, mientras que del huevo del rock progresivo nacían los dinosaurios.

Pero la grandilocuencia de los supergrupos de los primeros 70s, se vería irreverentemente ninguneada y, por qué no decirlo, también ridiculizada, por una caterva de paletos que, jugando a la ambigüedad sexual y reivindicando el rock más básico de guitarras, inundarían de maquillaje, rímmel y lápiz de labios las pantallas en color de los televisores británicos.


Como es habitual que ocurra en este tipo de movimientos, este aluvión de espabilados advenedizos tenía su rey, Marc Bolan, y su príncipe, David Bowie, quien acabaría destronando al primero, más genuino y merecedor del cetro glam, pero también demasiado ingenuo como para eternizarse en su reinado.

Precisamente, fue el disco de Ziggy Stardust el que marcó el cambio en el trono del glam. La historia de una estrella del rock que acaba siendo devorado por sus propios fans en el punto álgido de su éxito, no deja de ser un biopic de la vida que llevaba Bolan en esos momentos y, Bowie, al retratarlo en crudo, parece que lo esté fijando en el espejo de un destino preterido, una especie de Dorian Gray invertido.


El disco avanza por un paisaje de pseudo ciencia ficción, el apocalipsis a cinco años vista de Five Years con su ritmo sincopado, volumen y dramatismo ascendentes, el rythm and blues de Soul Love con solo de saxofón incluido, la balada de chicle pop Starman, lo más parecido a un hit single del disco.

Pero cuando de veras el disco se adentra en territorio rock, propiamente dicho, y comienza a labrarse la leyenda de Ziggy Stardust, es con el ciclo de canciones sobre estrellas caídas, Rock´n Roll Suicide, inspirada en el hermano de David, sobre un enfermo mental que acaba quitándose la vida.

 Lady Stardust, ambiguo artista de segunda fila condenado a arrastrar su espectáculo por cuchitriles y tugurios, Star, los sueños de gloria de un joven que se enrola en un grupo de rock para trascender un destino marcado por su humilde procedencia social.

Y por último, Ziggy Stardust y Sufragette City, el héroe y la ciudad futurista sin ley donde es factible la encarnación de la parábola de la estrella de rock and roll devorada por el éxito y sus fans. Todo ello con una estética más cercana a Blade Runner que al propio glam.

Para finalizar, podríamos decir que Ziggy es epítome y obra cumbre del fenómeno glam, a la vez que, habiendo agotado su capacidad expresiva, empuja al movimiento a un cambio de ciclo desde el mismísimo callejón sin salida donde Bowie se retrata para la portada.

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