jueves, 10 de febrero de 2022

P´afuera las Telarañas

Se cumplen dos años desde nuestro último Post publicado. Apoyábamos ayer y seguimos apoyando a día de hoy la música en directo, los conciertos de pequeño formato que nos permiten hablar con los músicos y, cómo no, las bandas locales. Para muestra un botón.

Repaso notas digitales y papelitos de recuerdo de mis conciertos pandémicos y me encuentro con Earth Songs Project en el Euskalduna (Verano del 20) y sus preciosas versiones con coro juvenil y banda solvente de clásicos AOR: Earth Song de Michael Jackson, The Wall de Pink Floyd, Bohemian Rapshody de Queen, Africa de Poco, y por ahí.

También mi predilecta Fakeband al aire libre en el AutoCine de Getxo (Otoño del 21). Superbanda liderada por Txomin Guzmán con secuaces tan solventes como Pit Idoyaga a la "otra" guitarra solista, Alfredo Niharra a la guitarra acústica y teclado, Juan Uribe al bajo e Iñigo Gil a la batería. Aparte del repertorio propio, como son los Crosby, Stills, Nash & Young getxotarras, se atrevieron con un Southern Man que ni Lynyrd Skynyrd y, en honor a la auténtica Band se cascaron un Ophelia desenfrenado y rabioso.

Por supuesto, Enrockecidos, combo de Barakaldo al que tenía ganas de ver desde hacía tiempo. Me quité el chincho en Otoño del 21 y me entusiasmaron con su mezcla de PunkRock (por las letras sociales, de denuncia y reivindicativas) y HardCore Californiano (rollo Bad Religion, NOFX, OffSpring, y por ahí). Desde su respetuosa actitud de (no tan) recién llegados, corearon sus consignas, lanzaron sus "larssens" guitarreros, sus contrapuntos bajísticos, baquetearon enérgicos sin tregua/descanso y se ganaron a un público que se entregó a la espontaneidad y naturalidad de su propuesta.

Más recientemente, coincidiendo con el arranque del Año 22, uno diría que me he abonado al Muxikebarri de Algorta y he podido disfrutar de McEnroe (07 de Enero). Abriendo la Gira de su 20 Aniversario. Emotivos hasta ponernos los pelos como escarpias el dúo de Ricardo Lezón con su hija Jimena y su dedicatoria, gorra incluida, a Jaime "DaleCandela" Lafita.

El inefable rockero vasco Ruper Ordorika (15 de Enero) también nos visitó. Elegante, efusivo e irónico a partes iguales. Con sus exquisitos y minimalistas (¿se puede tocar mejor a bajo volumen?) Mugalaris de toda la vida prácticamente al completo. La única pega: el percusionista cubano se imponía en ocasiones al resto de la banda. Oírle a Ruper recitar enfática/cíclica/hipnóticamente Martin Larralde, bien vale un concierto.

Interludio freejazzístico con mis amigos de Malos Tiempos (22 de Enero). Lo de la etiqueta es para que no penséis que es música de baile, pero sería más correcto etiquetarlos como Superb-Música-Excelsa. Vamos, para los que os gusta la música, a secas (eso sí, instrumental/sin voz, lo digo para que luego no haya disgustos/demandas/quejas contra este humilde plumilla). Los hermanos Urréjola: Jose al EWI/Electronic Wind Instrument (especie de clarinete/viento que, a través de una Tablet/Midi es capaz de emular cualquier tipo de sonido conocido, sí, también la voz; es un espectáculo en sí mismo ver cómo Jose domina y saca infinito partido a su "metal") y Teclados; y Eloy magistral/bailongo/romántico hasta el punto de componer/dedicar temas a su mujer (Rufita) e hij@s (Growing Up) al bajo eléctrico de 5 Cuerdas (con y sin trastes); acompañados por JuanFran Moyano como nuevo batería. En dos palabras, sencillamente imprescindibles.

Y qué decir de Nacho Vegas (29 de Enero). Donosura y compostura, neblina cantábrica, cantautor maldito arropado por músicos internacionales (el ecléctico/versátil/tempestuoso hacha de Bera, Joseba Irazoki, incluido). Aquí me bastó el susurro final de Nacho en los bises a ritmo y vientos de Funeral de Orleans (El Hombre que Casi Conoció a Richi Panero / Unos me llaman Chaval y otros me dicen Caballero / Mirad, las Niñas van cantando Sha La La Ra La La / Y diréis que soy un Viejo Verde y Cascarrabias) para acabar con un inmejorable regusto en la boca del estómago.

Por último (por ahora), la experiencia Marlango (05 de Febrero) fue también sublime. Sabía de la voz personalísima/potente/desgarrada de Leonor Watling y de su puesta en escena. Pero fue una grata sorpresa descubrir a Alejandro Pelayo, cual Woody Allen al piano (sombrero incluido), presentando el repertorio con anécdotas plagadas de gracejo y simpatía en ritmo ascendente a medida que apuraba a pequeños sorbos copas de vino tinto Ramón Bilbao. Nos hizo cantar (como en Misa) Insurrección de El Último de la Fila. Creo que con esto queda dicho todo. Insuperable. Un Puto Genio. Y sí, Alejandro/Leonor, fue "el mejor Concierto de mi Vida". ¡¡¡Que se jodan los que se lo perdieron!!!

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