domingo, 20 de noviembre de 2016

Amon Amarth arrasa Bilbao

Bolazo de la Banda de Death Metal Vikingo Amon Amarth el Miércoles 09 de Noviembre. Entre columnas en llamas y rodeados de guerreros vikingos con sus espadas, estandartes y escudos, el combo escandinavo blandió sus cuernos a modo de pintas e incrustó su death metal épico en nuestras seseras. No en vano, su descomunal batería de doble bombo se asentaba sobre un gigantesco casco vikingo lobotomizado.

Los suecos arrancaron con The Pursuit of Vikings y As Loke Falls decididos desde el minuto uno a dar un concertazo de los que se recuerdan con regusto pasado el tiempo. Con Fist Kill pudimos disfrutar del primer himno entre molinetes de melenas rubias al viento, voces guturales, doble bombo asesino y el descomunal casco cornudo. En el cuarto tema, The Way of Vikings, asistimos al primer combate vikingo, los guerreros se desafiaban armados con espadas y se defendían con escudos y cubrían sus cabezas con cascos. At Dawn´s Firt Light [A las Primeras Luces del Alba] fue simplemente apoteósico, con el melódico duelo de guitarras y las voz gutural del enorme cantante al servicio de un David El Gnomo pasado por la turmix de un éxito de Iron Maiden. A continuación, sonido de gaviotas para preludiar otra cima melodramática, Cry of the Black Birds, con los vikingos de pega, en esta ocasión abanderados, de nuevo sobre el escenario. Coros lorololo a lo Calamaro, por todo lo alto, entre armónicos invencibles y afilados intercambios de solos entre los dos guitarras/hachas. Le siguió Deceiver of the Gods entre molinetes de las lacias melenas rubias y esculpidos ritmos guitarreros. Momentos que el cantante aprovechaba para abandonar puntualmente el escenario y, supongo, dar un respiro a su torturada garganta entre grito gutural y grito gutural. On Sea of Blood [En un Mar de Sangre] con guitarras de heavy metal clásico tipo Accept y por ahí, tiene un ritmo que apela al ancestral pálpito de la Tribu y entre llamas infernales el flamígero hacha se cascó un solo asombroso. Después el cantante retó al público en un entreacto jocoso que dio paso a Destroyer of the Universe momento en el que la banda se dispuso a lo largo de sendas escaleras a ambos lados del escenario. Y uno de los guitarristas protagonizó un solo con escalas que remitían en su sonoridad al Concierto de Aranjuez. Tras una rotunda Death in Fire, el cantante se metió por su propio pie en un jardín al mencionar que después de Bilbao tocarían en Madrid. Entre abucheos del respetable y gestos para calmar al personal, intentó reparar el agravio recurriendo al Basque Country, tildándonos como elogio de ser los más grandes Fucking Meaners/MotherFuckers de toda Europa y parte del extranjero. En One Thousand Burning Arrows volvió la tracamatraca más clásica en un crescendo melódico/armónico con arqueros vikingos sobre las tablas y solos sostenidos, suspendidos en el aire como flechas incendiarias en vuelo hacia su destino destructor. A continuación, para dar descanso al cantante, intermedio musical a base de guitarras y la intro pregrabada de Father of Wolf, otro canción del palo más tradicional del heavy metal, sin embargo con un puente/bridge original/distinto. Nuevo respiro para el cantante, y van ... Introito hablado para hacer los honores y presentar Runes to My Memory con un puente/bridge clasicote y mucho Heyheyheyheyhey. La banda acompasada en instrumentos y melenas al viento, haciendo molinetes en un alarde de coordinación inverosímil. War of the Gods fue un heavy veloz, speed en vena en formato clásico con mucho OoohOooohOoohOoooh a los coros. Y un solo flipante a esa altura de la noche, una ejecución fresca y epatante tras el enorme derroche de energía realizado. Seguramente el momento culmen/álgido de la velada que fue también la última canción del pase oficial. Para el primer bis la banda eligió el himno Raise Your Horns y la presentaron brindando por nosotros y bebiendo de sus hermosos cuernos. A modo de Fiesta Medieval de los Nikis, la canción tiene su punto verbenero y resulta como balada coral. Pero para entonces el público estábamos desbordados de agradecimiento y gratitud hacia los vikingos y éstos nos lo devolvieron en forma de: es hora de acabar pero, en cualquier caso, pensamos que os merecéis una canción más. Que no fue otra que Guardians of Asgaard, la misma que mi colega Asier escuchó/compartió para celebrar el nacimiento de su hijo, según me confesaría a la salida del concierto, emocionado. Aquí el solo sonó más rockero, en la onda de Slash, y por ahí. Y para terminar como dios manda, Twilight of the Thunder God, sí señor, ahí está el martillo, gritó alguien detrás de mí, para dar el pistoletazo de salida a un último alarde de larssens a lo Pete "The Who" Townshend y una galopada al más puro estilo Run to The Hills de Iron Maiden. En definitiva, bestial/brutal/fantástica noche que el cantante bendijo con un cuidaos, pasáoslo bien y levantad vuestros cuernos/empinad el codo. Y lo mejor de todo es que después de semejante fiestuqui para una noche de miércoles, aún había Metros para volver a casa. P.D.: Grand Magus y Testament cumplieron más que dignamente con su papel de teloneros/comparsas de Amon Amarth, tremenda banda vikinga.

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