martes, 10 de diciembre de 2013

Anécdotas Musicales Anti-Apartheid

La pompa y el boato de los funerales por Nelson Mandela, así como las grandilocuentes declaraciones de los mandatarios mundiales, han hecho que recupere de mi memoria vital una serie de anécdotas musicales anti-apartheid.

Recientemente, leía en la biografía no autorizada de Keith Richards escrita por Victor Bockris, cómo ya a principio de los 70s, unos concienciados Rolling Stones, convencían al cantante y guitarrista Gram Parsons a su paso por Londres de que abandonase la gira que tenía previsto realizar con los Byrds por Sudáfrica. En aquella escala se fraguaría la amistad entre Richards y Parsons, que tras maratonianas jornadas de diversión y trabajo en un palacete de la Costa Azul daría unos fantásticos frutos musicales en Exile on Main Street, uno de los discos más celebrados de sus Satánicas Majestades.

En los 80s, artistas como Peter Gabriel o Paul Simon también enarbolaron la bandera anti-apartheid y denunciaron con sus discos la vulneración de derechos humanos cometida por el régimen racista de la minoría blanca. Gabriel eligió la figura de un activista de color torturado hasta la muerte, Steve Biko, para componer un himno que cerraba todos y cada uno de sus conciertos: September 77, Port Elizabeth, weather fine, it was business as usual in Police room 619 ... como este de Amnistía Internacional.


Por su parte, Simon, dedicaría su álbum Graceland a los ritmos y sonidos del folclore sudafricano, si bien luego sufriría las críticas de no haber recompensado equitativamente a los cantantes de color que le habían ayudado en el disco cuando éste se convirtió en un éxito a nivel mundial.

Sería injusto olvidarse de la evangelizadora labor llevada a cabo por Bono Vox, líder de U2, vituperado en ocasiones por su excesivo mesianismo.


Más cerca, Kortatu también mostraba su extrañeza en su primer disco homónimo por lo que estaba ocurriendo en Sudáfrica en su canción Desmond Tutu: Y es de verdad / pero no sé que pasa / por la República Sudafricana / Nelson Mandela está entre rejas / y han concedido un Premio Nobel de la Paz / a Desmond Tutu.


Por último, es de cita obligada la extraordinaria novela del periodista de El País John Carlin, Playing the Enemy: Nelson Mandela and the Game that Changed a Nation (traducida aquí como El Factor Humano), que Clint Eastwood llevara al cine como Invictus con certera banda sonora de su hija Kyle. En ella se cuenta cómo el líder sudafricano consigue hacer realidad su sueño de confraternización entre los blancos y la gente de color en el marco de un partido de rugby.

 

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