lunes, 30 de diciembre de 2013

Imagine John Lennon

De un tiempo a esta parte se ha puesto de moda "la nube" como un ente abstracto donde se cuelgan libros, música e imágenes y desde donde se ejecutan todo tipo de aplicaciones. De una forma más prosaica, si se quiere, los Stones echaban de "su nube" a quienes les molestaban en su viaje o bien se habían convertido en una indeseable competencia. Y nebuloso, como en "una nube", sale retratado John Lennon en la portada de su álbum en solitario más aplaudido.

El disco se abre con la celebérrima y un tanto empalagosa "Imagine". Pero el prejuicio es equivocado y se debe a la sobreexplotación de esta pieza en anuncios y campañas publicitarias. Porque si bien la sencilla melodía al piano y la voz en falsete de John junto con el arreglo de cuerdas apelan al sentimentalismo de la letra y apuntan directamente al corazón -imagine there´s no countries / nothing to kill or die for / imagine all the people living life in peace-, lo cierto es que la interpretación al límite del desgarro vocal y el gorgorito del estribillo -you may say I´m a dreamer / but I´m not the only one / I hope one day you´ll join us / and the world will live as one.


En "Crippled Inside" Lennon se marca una especie de ragtime ejecutada al más puro estilo folkie, con guitarras acústicas, dobro (genial George Harrison), contrabajo y escobillas a la batería. Y se emparenta con los black-faced minstrels -musicales interpretados por blancos caracterizados como negros- en toques burlescos como el apelativo "Mamma" o "Brother". También cambia el tono pastel de la paz universal por la crítica mordaz a un tipo de maneras y aspecto intachables, pero cuyo comportamiento es sólo pose porque detrás de esa impecable fachada se oculta su carácter cretino -you can hide your face behind a smile / one thing you can´t hide is when you´re crippled inside. E incluye referencias directas como "you can judge me by the colour of my skin", que podrían darle un sentido antirracista a la letra.


El tercer número, "Jealous Guy", cuenta otra vez con una envoltura edulcorada, pero nada más lejos del mensaje que transmite. Pues detrás de la solicitud de perdón, se esconde un acto de soberbia, engreimiento y quizás, incluso violencia hacia su pareja. Se trata de un ataque de celos en toda regla, y no parece suficiente que el protagonista se muestre contrito y pida que Yoko le redima por su error, porque la confesión de su acto sugiere merecer mayor castigo -I began to lose control / I didn´t mean to hurt you / I´m sorry that I made you cry / I didn´t want to hurt you / I´m just a jealous guy. Los pasajes silbados son espectaculares y ponen los pelos como escarpias. Brian Ferry hizo una versión muy meritoria de este tema, abundando en el arrepentimiento pero sin quedar claro el propósito de enmienda, dado el perfil seductor y pagado de sí mismo del cantante de Roxy Music.


A continuación, "It´s So Hard" es un blues de los que Lennon calificaba "plastificado", pues era consciente de que por mucho que se esforzase lo único que conseguía era una copia de los originales negros. Aun así, no deja de ser una muestra más de su admiración por la música de raíces americana. En esta ocasión, su homenaje incluye vientos y una sección de cuerda añadida por el productor Phil "Muro de Sonido" Spector. La letra versa sobre lo dura que es la vida, un tema recurrente en el género.

"I don´t Wanna Be a Soldier Mamma" afronta una temática antimilitarista, pero también es una crítica acerba contra el sistema establecido en general. En esta canción, Lennon pone de vuelta y media a las castas más intocables del capitalismo, caricaturiza al empresario rico-riquísimo de puro y chaleco, al abogado que se dedica a "mentir" y, cómo no, a los curas por su hipocresía. Para ello mantiene una conversación con su "Mamma" como la que se da entre un adolescente y sus padres cuando llega el momento de decidir qué es lo que uno va a hacer con su futuro una vez alcanzada la edad adulta y cuando toca salir del nido familiar. Aquí el envoltorio musical es el de un "soul" con especial énfasis en la acumulación de imágenes y la repetición de la estrofa, en una variante de la tortura conocida como "la gota malaya". Como si Lennon tuviese claro que su madre no iba a ceder a sus súplicas más que montando una pataleta y a fuerza de insistir en su rechazo de las profesiones que odia.

La Cara B se abre con "Gimme Some Truth" que está cortada con el tema ya empezado y la banda, Lennon incluido, a pleno volumen. Sobre un sencillo arpegio, lo que en "Imagine" era un deseo, aquí se convierte en exigencia. Desde el imperativo del título, Lennon quiere saber, urge a conocer la verdad en un mundo politizado donde prolifera la desinformación, y las confabulaciones y contubernios gubernamentales están a la orden del día (la historia se repite en nuestros días con el espionaje masivo a ciudadanos y gobiernos llevado a cabo por la NSA y denunciado por Snowden). Y el "continuum" de la melodía deja ver a las claras que no va a cejar en su empeño hasta conseguir lo que se ha propuesto. Es un tema pétreo, sin fisuras, que augura en cierta forma el glam. Un recitado lleno de imprecaciones y escupido desde el atalaya de quien se cree armado de razón y argumentos irrebatibles. Arropado por un sonido potente y desnudo que tiene en una percutiva sección rítmica una sólida base para, a partir de ahí, construir armónicamente la pieza, rematada por un eficiente solo de George Harrison.


"Oh My Love" es una oda a Yoko Ono. Tras el vitriolo vertido en "Gimme Some Truth", Lennon nos sumerge en un remanso de paz. Entre alabanzas a su ser querido y los efectos que su amor ha obrado en él: Oh my love, for the first time in my life my mind is wide open / Oh my love, for the first time in my life my mind can feel. El piano brinca alegre para mostrar el gozo que embarga al músico. El bajo de Klaus Voorman es descriptivo a la manera de Paul McCartney, y pespuntea las emociones expresadas por John a lo largo del tema. Concebida como una nana o canción de cuna, es también una salmodia hindú emparentada con "Across the Universe", y remachada aquí y allá por campanillas tibetanas. Una precursora, en definitiva, de las atmósferas apacibles y reposadas, y de la energía positiva del New Age.


Otro salto en el vacío, porque "How do you Sleep?" es un ajuste de cuentas con su compinche en los Beatles Paul McCartney. Después de una pública disputa en los medios echándose en cara mutuamente la responsabilidad de la disolución del mítico grupo, Lennon se tomó a nivel personal ciertas bromas privadas que aparecían en el primer disco de Paul y, según se dijo, hacían referencia a John. Con su característica mala leche, éste no tardó en responder directamente en forma de canción con un resultado demasiado amargo y explícito que no hizo sino agriar la polémica y alargarla en el tiempo.

"How" es una reflexión en forma de autopreguntas sobre la urgencia de la vida moderna y lo complicado que resulta tomar decisiones en el día a día sin dañar a quienes nos rodean. Y lo lejanos que, en ocasiones, nos sentimos de nosotros mismos, de nuestras convicciones más íntimas. Descuidamos los pequeños detalles en el tráfago diario que nos atrapa con su veloz espiral de acontecimientos.

Finalmente, "Oh Yoko" es una celebración absoluta de la vida en pareja, Cualquier momento del día es bueno para acordarse de la persona idolatrada. Mientras se afeita, a medianoche, basta con evocar a la mujer amada para que nos alegre el día.

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