viernes, 16 de octubre de 2015

Divagación Cultureta

Últimamente, me estoy tomando demasiadas libertades con los préstamos culturales. Tema que me inquieta e intriga a partes iguales. ¿Que hacen, por ejemplo, 20 Lp´s de mi hermano junto a mi mesilla de noche, donde reposa el tocadiscos que tomé prestado de mi madre?


 Por contra, ¿por qué echo en falta/no encuentro las películas en Dvd que quiero volver a ver por enésima vez? ¿Y qué hacen dos ejemplares del mismo libro, Cd o Dvd en la alacena de mi sala de estar?

Ayer mismo, a la par que me disponía a reciclar/liberar la novela "Hannibal" de Thomas Harris sobre el célebre Doctor Lecter, psiquiatra y asesino en serie de ficción, localizé dos ejemplares de "La Vida Sexual de Catherine M." sobre las peripecias sensuales de Catherine Millet, flamante Directora de la prestigiosa revista francesa "Art Press".

La continuación de esa primera entrega, "Celos" [subtitulada "La Otra Vida de Catherine M.] escarba en las crisis de pareja y las tormentas psicológicas entre escarceo y escarceo. Este contrapunto resalta aún más el mérito de la primera, que fue una revelación. Juntas ambas novelas autobiográficas son haz y envés de una vida exprimida y disfrutada al máximo.

Me identifico con las memorias de Catherine M. Al igual que a ella, siento que me invade una necesidad imperiosa de trascender. Por ejemplo, estoy planteándome muy seriamente firmar los libros, discos y películas que pasan por mis manos. Hasta ahora, nunca le había visto sentido a sellar las propiedades culturales pero, de un tiempo a esta parte, tengo la sensación de estar malgastando mi tiempo. Cada vez más, me preocupa no perdurar, no dejar mi huella en este universo después de muerto.

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