Hasta las guitarras que aporta David Gilmour y las notas al piano / órgano de Rick Wright, por no hablar del chaston y escobillas de Nick Mason, son deslavazadas y sin personalidad.
El número en solitario de Rick Wright se titula Summer 68, supongo que en homenaje a las revueltas estudiantiles / juveniles que se multiplicaron por las ciudades europeas -París, Londres, Roma, Amsterdam- en aquel memorable verano de la progresía más fraterna.
Fat Old Sun, el tema de David Gilmour, es entrañable en su sencilla melodía circular a la guitarra acústica e impresionante en su ardiente desarrollo de guitarra eléctrica, con un riff / solo que llega muy hondo en sus concéntricas / ascendentes espirales hasta la desaparición de su incendiario sonido -lo más desatado / desmelenado, a lo Jimi Hendrix, que le hemos escuchado nunca a Gilmour.
Hay una escena del film de Pink Floyd at Pompeii -en la imagen, adjunta-, correspondiente al making off de The Dark Side of the Moon, en la que David hace dos / tres tomas hasta clavar el solo de Brain Damage -si no recuerdo mal- que me imagino se parecen mucho al momento grabación del solo de Fat Old Sun, pero aquél fue el primer ejemplo de lo que en el futuro sería el reconocible sello / estilo Gilmour, y ya se sabe que casi siempre la primera vez es la que de veras cuenta.
El disco se cierra con Alan´s Psychedelic Breakfast, un auténtico ejemplo de cine verité para el oído, en el que el equipo de stéreo nos lleva de la mano a lo largo del típico desayuno inglés, con sonidos de goteo en el grifo -¿para el té? / ¿para el café?-, vertido de fluidos y regurgitar de garganta -¿leche?-, el crepitar de la mantequilla / aceite para freír las tajadas de bacón.
Como una pista de sonido en Panavision, sin desmerecer de la calidad artística de la parte más puramente musical, como un momento de goce privado robado a través de la mirilla de la puerta.
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