En Look Out for My Love, Neil Young se arranca en solitario a la guitarra acústica, queriendo decirlo todo con el empuje punk-rock que le caracterizó a finales de los 70s, aunque se trate de un tema dentro de un álbum de country-rock como Comes a Time.
Neil acomete la guitarra con tal furia que los acordes y punteos sobre las cuerdas resuenan atropellados, sus dedos de la mano derecha trasteando en el mástil y el interior de su mano izquierda golpeando en la madera de la caja de resonancia.
En lo que es una técnica de Neil para hacer vibrar su herramienta con sentimientos encontrados y veraces, de una autenticidad a flor de piel que nos invita a pensar que tras su única guitarra se oculta en realidad una troupe de guitarristas profesionales haciendo el trabajo sucio, pero nada más lejos de la realidad.
Neil nos cuenta cómo está pendiente de su amor, cómo expectante / vigilante, no pierde un minuto de su vida enamorada, y el golpe en la puerta, es una especie de revulsivo para que no demos nada por echo, para que despertemos de nuestro sueño paralizante. Y la banda -los Stray Gators- se le une, no solo instrumentalmente hablando, sino con unos enternecidos coros de invencible falsete, hasta que en el puente se enciende la guitarra eléctrica, y vuelta al golpe en la puerta para despertar conciencias, y escobillas y pespuntes de cuerdas infinitas que se adivinan en la penumbra, y una Gretsch en primer plano que nos urge a la acción con la vibración demudada por la misma palma de mano derecha que golpeaba la caja de resonancia de la guitarra acústica.
Cuida tu amor y cultívalo como si de la más delicada flor se tratara, parece decirnos Neil con su especial invitación a disfrutar de los pequeños íntimos placeres, tratando de empatizar con las personas amadas que nos acompañan más de cerca en el camino de la vida.
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