Por qué Petit Pop?

El día declinaba y el sol se ponía tras el horizonte. En la noche junto a la playa un grupo de amigos compartía la tarde en la terraza de un bar. Los sonidos de las conversaciones, el entrechocar de copas y la alegría propia de un día festivo invitaba a seguir charlando hasta el anochecer. En esto que Alfredo sacó el escabroso tema de la separación.

Tras una larga temporada de enfrentamientos y desavenencias con su mujer Susana, habían acordado que él abandonaría el hogar familiar. Su decisión buscaba mejorar el clima emocional en el que se estaban criando sus dos hijos. Su amigo Enrique le insinuó que debía ser más egoísta y pensar no sólo en el bienestar de sus niños, sino en cómo iba a quedar él. Alfredo le respondió que no temiese por eso, tenía pensado cambiar de vida y montar un grupo de música especializado en canciones infantiles. Sí, ya sabía que las canciones para niños tienen mala fama por lo sinsorgas y ñoñas que suelen ser.

Pero, precisamente, su intención era cambiar esa situación y fomentar que padres e hijos acudiesen juntos a conciertos en clave de pop y rock. Además, eso le permitiría estar cerca de sus hijos, en la medida en que conquistaría sus corazones desde la música.

Enrique no quiso llevarle la contraria, pero le sugirió que, al menos, consultase con un abogado lo que realmente le correspondía aportar para sufragar los gastos mensuales de manutención de sus hijos. Alfredo, en sus trece, le rebatió que su deseo era seguir llevándose bien con la madre de sus hijos, y por eso prefería prescindir de letrados y papeles.

Cuando ya estaban a punto de irse, Enrique sacó su smartphone y le mostró a Alfredo un video de Petit Pop. No es por desanimarte, pero me temo que tu idea ya la han puesto en marcha otros antes que tú.