Entre otros, encontramos en Adele los siguientes méritos que la hacen peculiar y única, su chorro de voz que no le impide arriesgar en cada nota hasta el límite del quiebro / rasguño con la sensibilidad a flor de piel, su capacidad compositiva, rara avis entre las voces de su categoría y, por último, su ductilidad para trabajar con diferentes equipos de producción y dejar que cada uno le saque el máximo partido, sin renunciar a ser ella misma.
En el disco que nos ocupa, de título 21, presenciamos la madurez artística de esta joven promesa del soul británico, y aunque su éxito masivo no era previsible, sin duda nos encontramos ante una consagración con mayúsculas pues la rodean productores de la talla de Rick Rubin, y se la ve pisando fuerte en las colaboraciones elegidas, así como en el control general de su carrera y vida personal, de la que en las notas y agradecimientos interiores dice que este disco ha sido como una especie de renacimiento.
Impresiona que Adele cante con el desgarro con el que lo hace a pesar de su juventud, pero Amy fue una pionera del siglo XXI, abriendo brecha no solo en el campo de la música, sino también en la experiencia de la fama, la celebridad, los excesos y las malas compañías sentimentales.
21 comienza con Rolling in the Deep que es un soul movido de alto octanaje y gran intensidad rítmica.
La guitarra abre la veda, con un ritmo insistente, y cuando entra la batería, parece como si estuviésemos danzando un baile apache o similar, mientras Adele nos cuenta una historia de crudo desamor.
Rumour Has It, tiene también un ritmo de danza india, pero la temática versa sobre la exposición mediática y los dimes y diretes que la prensa filtra acerca de los amoríos de los famosos. En fin, malentendidos por una y otra parte que dañan las relaciones por sus cimientos y tornan confianzas en celos y envidias.
En Don´t You Remember, Adele se muestra como la cantante soul que es, y entona con desgarro una historia más de desamor, en la que la protagonista le echa en cara a su anterior enamorado que se fuese sin tan siquiera despedirse, por su parte la llama del amor sigue viva y está deseando verle de nuevo.
He Won´t Go, da espacio a un piano renuente con una sección rítmica de medio tiempo sobre el aro de la caja, hasta que el bridge da pie a un estribillo sincopado dominado por la batería.
Se trata de una canción quebrada y rota por un amor inconveniente y desaconsejado por su entorno al que, sin embargo, la amante decide dar una oportunidad. Él está probablemente desintoxicándose de alguna sustancia que lo tiene K.O. y desconocido para su amante, pero ella está dispuesta a darle una oportunidad, pues no puede vivir sin él.
One and Only es una canción de conquista, Adele le insiste al chico de quien está enamorada que se deje llevar y la tome por amante, que ella quiere ser su chica, su única chica, que sabe lo que cuesta abrir el corazón al amor, que confíe en ella, que ella ya ha pasado por esas dudas, pero que ahora lo ve claro y espera que él también, pues ella merece muy mucho la pena.
Respecto a la letra, la protagonista insiste en dirigirse a un antiguo amor que ha emprendido una nueva vida con otra mujer con quien incluso se ha casado. Para ella su historia aún no ha terminado, así que aunque le desea lo mejor, insiste en hacer notar su presencia, y que su perdido amor, al menos, la recuerde. De mientras, ella trata de consolarse quitándole importancia, pues encontrará a alguien como él.
Hiding My Heart es una dolida tonada también ajena y a la guitarra, quien curó al autor de su anterior crisis amorosa, se ha ido como llegó. Con la ruptura fresca aún en la memoria y los correspondientes reproches en los labios, la cantante siente que solo le queda una opción en el amor, esconder su corazón para que no le hagan daño.
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