martes, 27 de marzo de 2012

Kill Bill de Quentin Tarantino (Volumen 1)


Efectivamente, Kill Bill / Matar a Bill, de Quentin Tarantino, gira en torno a la venganza que, según reza un proverbio chino en los créditos iniciales, es un plato que se sirve mejor frío.

El tal Bill, papel interpretado por David Carradine, es el líder de un gang de asesinos mafiosos cuyo pretencioso nombre de guerra es Deadly Viper Assassination Squad.

El grupo lo componen, aparte de Bill, O-Ren Ishii / Cottonmouth (papel interpretado por Lucy Liu), Vernita Green / Copperhead (papel interpretado por Vivica A. Fox), Budd (papel interpretado por Michael Madsen) y Elle Driver (papel interpretado por Daryl Hannah).

Con ocasión de la boda de los líderes de una banda rival, el grupo de Bill asesina en la capilla con especial sadismo a todos sus miembros, si bien cometen el error de dejar con vida a La Novia / Black Mamba, papel interpretado por Uma Thurman.

El hilo argumental comienza con el asesinato mencionado, y salta en el tiempo cuatro años y medio, que es el periodo que dura la muerte vegetativa, en coma cerebral, de la Novia. En ese plazo ha perdido el hijo que esperaba, pues estaba embarazada cuando se produjo el tiroteo / balacera el día de su boda, y ha sido violada repetidas veces por un cuidador / celador del hospital.

Daryl Hannah, disfrazada de enfermera en la habitación de Uma y a la vera de su cama, está a punto de rematarla con una inyección letal al ritmo del silbido de la melodía Twisted Nerve de Bernard Herrman, pero Bill revoca la sentencia de muerte en el último momento y por teléfono.

Apenas unos minutos después, Uma despierta de su sueño mortal para encontrarse con que el celador ha organizado una violación más, esta vez a cargo de un paganini.

Cuando el violador de lo que cree un cuerpo vegetal está manos a la obra sobre Uma, ésta le muerde la lengua y aprieta hasta desangrarlo, y cuando el celador llega pensando que el otro se está pasando del tiempo convenido / acordado, Uma le aplica un tratamiento similar, cortándole el talón de aquiles y golpeándole hasta dejarlo inconsciente y moribundo, toda vez que descubre, por un tatuaje en sus dedos, que es el violador que ha estado beneficiándosela mientras se encontraba en coma.

Como ha perdido movilidad de la cintura para abajo después de tanto tiempo en cama, lo primero que hará Uma será recuperar sus piernas, para ello se tira varias horas en el aparcamiento del garaje de la clínica dentro de la furgoneta Pussycat del celador / cuidador al que acaba de machacar.

Primero le toca el turno a Cottonmouth, y para este enfrentamiento tendrá que entrenarse a fondo con un samurai y artesano de espadas en Japón.

Antes del enfrentamiento, con Lucy Liu, Tarantino nos hace una introducción a su personaje en clave de anime, desde su dramática y violenta infancia.

Los dibujos animados son muy impactantes, pues se trata de la venganza de O-Ren Ishii ya joven por la muerte de su padre cuando apenas era una niña, con mucho despliegue de sangre,como es habitual en Tarantino y también en el género anime, por otra parte.

Después viene el enfrentamiento brutal con la facción de la banda japonesa al completo, plagada del más puro efectismo asociado al género de artes marciales y, por último, el mano a mano con Lucy Liu en un bonito parque nevado.

A continuación, Black Mamba se desplaza con su flamante nueva furgoneta Pussycat, cortesía del celador / cuidador, a la ciudad de Pasadena, para ajustar cuentas con la siguiente en su lista, Vernita Green, a quien acaba cargándose violentamente delante de su propia hija, aunque en su descargo, Uma actúa en defensa propia, pues había intentado evitar que la cría viese nada, proponiéndole a Copperhead fijar un duelo para el día siguiente.

Paradójicamente, Uma se despedirá de la niña emplazándola a que vengue la muerte de su madre cuando cumpla la mayoría de edad.

Estos son los hechos del primer volumen de Kill Bill, todo ello contado con mucho flash-back, marca de la casa Tarantino, así como con un exquisito uso de la música, y la presencia de varios planos y gags realmente epatantes.

Y también abunda la violencia explícita, como no podía ser menos.

Si bien, Tarantino decidió, finalmente, positivar en blanco y negro las escenas donde la sangre chorreaba a litros, y podría salpicar las primeras filas del cine o bien la hamburguesa con patatas fritas en casa, pues las imágenes de la película original en color resultaban demasiado duras para el espectador medio de Tarantino, quien no tiene por qué disfrutar con el gore y aprecia, sin embargo, una mayor contención y sobriedad expresivas.

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