miércoles, 16 de abril de 2014

Bobby Jean de Bruce Springsteen

Esta tarde de hermandades, tambores, trompetas y capirotes, prefiero elevar un canto a la amistad de la mano de Bobby Jean de Bruce Springsteen, y un elogio del amorío más sensual con la ayuda de Depeche Mode y su Sweetest Perfection.


En algún otro rincón de esta bitácora ya mencioné mi predilección en el verano del 84 por el disco Born in the USA de Bruce The Boss Springsteen. En aquel álbum, prácticamente todas las canciones eran potenciales singles, y una de mis preferidas siempre ha sido Bobby Jean, por su pegadiza melodía y su solo de saxo. La letra expresa el dolor que siente Bruce al enterarse de que un compinche de la infancia -se supone que su íntimo Steven Van Zandt, más conocido como Little Steven o Miami Steve- ha abandonado la ciudad sin avisarle ni despedirse, como claro indicio de que se ha roto su amistad -posteriormente, la recuperarían.


Well I came by your house the other day, your mother said you went away
She said there was nothing that I could have done
There was nothing nobody could say

Su amigo Little Steven se ha ido de casa, y la madre de éste le deja claro a Bruce que por mucho que hubiera insistido no habría valido para nada, pues la decisión de su hijo de marcharse ya estaba tomada. La expresión del Boss es de desconcierto, de hacerse de nuevas, como si no se lo hubiera olido. 

Me and you we´ve known each other ever since we were sixteen
I wished I would have known I wished I could have called you
Just to say goodbye, Bobby Jean

Me gusta especialmente que la banda arranca con una energía altísima y Bruce canta a voz en grito, entre el reproche y la pena. Los teclados hacen bailar la melodía entre la certeza de la huida de su amigo y la duda de si él podría haber hecho algo para disuadirlo, de haberlo sabido.
 
Now, you hung with me when all the others turned away turned up their noise
We liked the same music we liked the same bands we liked the same clothes
We told each other that we were the wildest, the wildest things we´d ever seen
Now I wished you would have told me I wished I could have talked to you
Just to say goodbye, Bobby Jean

Bruce recuerda como Little Steven fue su único amigo que no le volvió la espalda en los momentos difíciles, cuando eran los más duros del lugar y compartían bandas, música y formas de vestir que el resto rechazaban. Y lamenta no haber estado ahí en el momento de su marcha para despedirle.


Now, we went walking in the rain talking about the pain from the world we hid
Now there ain´t nobody nowhere nohow gonna ever understand me the way you did
 
Las experiencias compartidas fueron tan intensas, que Bruce se hace a la idea de que nadie le va a entender jamás como lo hacía su amigo del alma, Little Steven.

Maybe you'll be out there on that road somewhere
In some bus or train traveling along
In some motel room therell be a radio playing
And you'll hear me sing this song

Y apenas sin darnos cuenta, el tema llega al bridge pasando de la nostalgia y el recuerdo a la realidad del momento actual donde Bruce sólo puede alcanzar a su amigo, allá donde esté -en la carretera, en el tren, en el motel- a través de las ondas de la radio.

Well if you do you'll know I´m thinking of you and all the miles in between
And I´m just calling one last time not to change your mind
But just to say I miss you baby, good luck, goodbye, Bobby Jean

El final es enternecedor, el Boss confiesa que piensa mucho en su amigo, y que su llamada en forma de canción no es para que cambie de opinión, sino nada más que para decirle que le echa de menos, desearle buena suerte y adiós, Little Steven.

El solo de saxo merece capítulo aparte, pues recapitula a modo de epitafio lo mejor de la melodía de la canción, y esa última nota sostenida en los labios y los pulmones del difunto Clarence The Big Man Clemmons, hace saltar las lágrimas.


The Sweetest Perfection de Depeche Mode pertenece más al campo de la erotomanía de Depeche Mode. Publicada en el álbum Violator de 1990, uno de los primeros CDs que me compré, cuando ni tan siquiera tenía el equipo reproductor. Aunque Martin L. Gore compuso todo el LP, esta es una de las dos únicas canciones que canta. Y le va como anillo al dedo, porque lejos de la sexualidad macho del vocalista titular, Dave Gahan, Martin tiene una tonalidad y color de voz más sensuales. Las bases rítmicas y los bajos electrónicos a base de sintetizadores actúan como cortinillas de una película erótica y Martin se desliza entre ellas para contarnos la historia caliente de una chica que le vuelve loco. Todo ello acompañado de su particular forma de tocar la guitarra, con larsens que apenas si sostienen una nota o dos. Tras el interludio de cuerdas, el tema entra en una segunda fase de repetición y obsesión, para desmelenarse al final con un solo llevado a medias entre la guitarra y las teclas.

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