miércoles, 16 de abril de 2014

When You Believe de Mariah Carey y Whitney Houston

Hoy el tema va de esperanza e inspiración. Por un lado, leo el artículo de Javier Marías sobre la influencia de William Shakespeare en la creación artística actual y abrazo el credo de Mariah Carey y Whitney Houston en When You Believe de la banda sonora de El Príncipe de Egipto.

Como fan acérrimo de Marías, ando releyendo estos días el segundo libro, Baile y Sueño, de su trilogía Tu Rostro Mañana. Una relectura con matices, porque si bien mi primera lectura fue en papel, y volumen a volumen según se iban publicando, en esta segunda ocasión estoy leyendo la versión completa de la novela en libro electrónico y del tirón. Aparte de seguirle puntualmente en sus artículos de El País Semanal, encuentro especial placer en encontrarme a vuelapluma con alguna que otra colaboración suya en los medios diarios. Hoy, en concreto, El País publica una pieza en la que Marías describe con su habitual virtuosismo y naturalidad la fuerte inspiración que Shakespeare significa en su obra, así como el influjo que ejerce sobre la literatura, el cine y la televisión contemporáneos.


Inmediatamente, me vienen a la memoria sendas canciones bendecidas por las musas. De la primera recuerdo unos despertares allá por enero del 99 con la canción en la alarma del radio-despertador. Nada más lejos de mi estilo de música preferido que esta edulcorada y pastiche melodía. Sin embargo, aquellos amaneceres con la canción invadiendo mi duermevela, se conoce que dejaron honda huella en mí, y años después, ya con internet plenamente presente en nuestras vidas, me empeñé en recuperar dicha nostalgia e incorporarla a mi discoteca. Dreamworks la escogió como canción principal de la banda sonora para su primera película de dibujos animados, El Príncipe de Egipto, con la música compuesta por Hans Zimmer y las letras a cargo de Stephen Schwartz. Y pude hacerme con ella en un disco de éxitos de Mariah Carey, recopilatorio de sus canciones que habían alcanzado el número uno en listas.


Algo similar me ocurrió con Angels de Robbie Williams. En principio, rechazaba la música de un niñato proveniente del grupo británico para quinceañeras Take That. Pero parece que no fui el único convencido, porque veo en la Wikipedia que esta canción poco menos que relanzó su carrera en solitario cuando se pensaba que no podría superar la alargada sombra de su banda matriz. Por mi parte, no paré hasta localizar Angels entre los listados de canciones de los álbums de Williams y, finalmente, me hice con un ejemplar de Life Thru a Lens. Eran los tiempos en que aún reinaba el CD, y cientos de ellos en mis estuches dan fe de que he sido fiel seguidor del formato. Siempre originales, por cierto, si bien tiro las cajas por falta de espacio físico para su conservación. Aunque de un tiempo a esta parte me estoy planteando seriamente su digitalización o bien pasarme a plataformas legales de internet en streaming, y por ahí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario