Empezamos por sonidos siniestros y un tanto macabros que por el tipo de banda y por la letra de las canciones están relacionadas con prácticas sexuales necesariamente alternativas y audaces, pero que sirven perfectamente para una velada de literatura autocomplaciente.
En el caso de la Velvet Underground, hasta el mismo nombre del grupo lo extrajeron del título de un tratado sobre sadomasoquismo firmado por Michael Leigh. En Venus in Furs la banda neoyorkina pone melodía, distorsión y drama a una chirriante letra inspirada en la novela del mismo título del escritor austriaco Leopold von Sacher-Masoch.
A partir de cuya trama David Ives escribió una obra de teatro que Roman Polanski ha guionizado y convertido en su última película, La Vénus a la Fourrure (2013), con un argumento de teatro dentro del teatro y que protagoniza su mujer, la actriz Emmanuelle Seigner.
El propio Lou Reed haría una lectura menos sexista en Women de su álbum Blue Mask (1982) poco menos que pidiendo disculpas por su devoción juvenil por las revistas porno.
A pesar de su título, Pornography (1982), del LP homónimo del grupo británico The Cure comandado por el gótico Robert Smith, nos sumerge en ese otro horror vacui de la locura que hace desear mal a las personas más allegadas.
Master and Servant del álbum Some Great Reward (1984) de Depeche Mode es una trivialización del capitalismo por la explotación que hace del hombre por el hombre, bien sea en las relaciones laborales o en el juego sexual de dominación y sumisión que remite a las formas medievales de Señor y Siervo.
De vuelta al "negocio de la carne", Skin Trade de su disco Notorious (1986) es una denuncia de Duran Duran sobre la explotación machista de las mujeres que implica el negocio pornográfico. Esta versión en directo, con la banda ya talludita, pero lejos de la bisoñez ochentera que les vio nacer, es inmejorable, de una sobriedad y clase espectaculares. Una auténtica gozada escucharles. A destacar la soberbia interpretación del cantante Simon le Bon, con magníficos aportes de la sensual corista y los prodigiosos vientos.
El atrevido Jarvis Cocker de Pulp se anima a teatralizar un rodaje cinematográfico de los años 60s en This Is Hardcore (1998). Como director se insinúa a la actriz principal e incluso hace guiños a la leyenda negra de que para ser alguien en Hollywood había que pasar por el aro y la cama de directores, productores y demás aves carroñeras.
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