martes, 17 de abril de 2012

Blood on the Tracks de Bob Dylan (Cara B)

En la Cara B de Blood on the Tracks, Meet Me in the Morning es un blues de pulso positivo que se podría interpretar como una plegaria esperanzada de recuperar a Sara o la expectativa de una nueva relación sentimental.

Lily, Rosemary and the Jack of Hearts es una de las canciones que menos me gustan de la discografía de Dylan. Cuando solo tenía el vinilo, prácticamente no pinchaba esta cara del disco por mi rechazo a esta canción. Sin embargo, cuando escucho Blood on the Tracks en CD, programo las canciones, y así puedo saltarme Lily, Rosemary and the Jack of Hearts.



Quizás sea por su ritmo acelerado, la repetitiva batería de escobillas, la monótona combinación de tres notas o bien por el tedioso estribillo. El caso es que, en mi opinión, esta canción tan larga chirría dentro de la colección de canciones del disco, y no alcanza su nivel artístico.

Tengo para mí que este tipo de canciones invita a que haya gente que ni se acerque a la música de Dylan. Porque lo que yo encuentro excepcional, su monotonía y repetición, hay quien lo considera propio del estilo Dylan. Y renuncian a adentrarse en la gratificante experiencia de conocer el resto de su obra.





If You See Her Say Hello es otra de mis canciones preferidas de Dylan. En ella se dirige a un supuesto nuevo amor de Sara para desgranarnos los buenos momentos pasados con ella y decirle, por persona interpuesta, lo mucho que la echa de menos. Otra vez triunfa el Dylan más poético.







Cabe aquí defender a Dylan de la acusación de haber escrito canciones confesionales, cuando como buen artista, realiza un ejercicio combinatorio de experiencias propias y ajenas, pasadas y presentes. Otro tema es que sea verosímil que la ruptura de su relación sentimental con Sara, sea el origen de su dolor, pero de ahí a identificar todos y cada una de sus versos con el presente compositivo del autor, dista un mundo.









Más aún, en su autobiografía Chronicles, de obligada lectura, el mismo Bob reconoce que por entonces estaba trabajando con un profesor de pintura y especie de gurú, para dotar de intemporalidad a sus canciones.

Un recurso que había utilizado de manera inconsciente en su frenética trilogía ácida de los 60s, pero que tuvo que reaprender desde su nuevo status de padre de familia.





Con Shelter from the Storm, me pasa como con Tangled up in Blue, que se me atragantó durante algún tiempo, pues me parecía plana en su musicalidad, si bien la letra siempre me pareció excelente. No fue hasta degustar y disfrutar del posterior directo, Hard Rain, que empecé a cogerle cariño a esta canción.






En este sentido, recomiendo el monumental y extraordinario estudio de Paul Williams sobre Bob Dylan, Performing Artist. A lo largo de sus tres entregas, The Early Years (1960-1973), The Middle Years (1974-1986) y Mind Out of Time (de 1986 en adelante) Paul Williams sostiene con datos, referencias y un conocimiento enciclopédico, su peculiar e interesante intuición acerca de Bob Dylan como intérprete, bien sea grabando en el estudio o actuando en directo ante su público. Paul Williams construye un edificio teórico-práctico que nos ayuda a resolver entre otras, la paradoja típica de admirar una canción en directo y desdeñar, sin embargo, su versión grabada, o viceversa.




Buckets of Rain cierra el disco y, en mi recuerdo, siempre ha sido un poco el contrapunto de You´re Gonna Make Lonesome when You Go, quizás porque tiene un tratamiento similar en cuanto a desnudez musical, si bien la letra parece que sea una especie de resumen de daños después de la tormenta y del naufragio sentimental.

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