lunes, 9 de abril de 2012

Promesas del Este de David Cronenberg

Vaya por delante que Eastern Promises / Promesas del Este es una película de buen cine. Sus protagonistas, Viggo Mortensen, Naomi Watts y Vincent Cassel, están inconmensurables. Por no hablar del elenco de secundarios, quienes en la mejor tradición del cine británico, bordan sus papeles. El guión indaga en el floreciente negocio de la mafia rusa en Londres. Su director, David Cronenberg, nos adentra de la mano de la enfermera protagonista (Naomi Watts) en un mundo sórdido y cruel de prostitución y contrabando, regido por un rígido código de honor.

El asesinato de un miembro de una banda rival en una barbería, y la lacerante muerte desangrada de una prostituta embarazada, nos plantean de manera fulgurante las dos líneas argumentales de la película. Por una parte, un juego subterráneo de alianzas y venganzas entre los propios mafiosos por su supervivencia, y que tratan de mantener lejos de la vista de Scotland Yard. Por la otra, el inevitable roce con miembros civiles de la sociedad británica en la que se cobijan.

El pulso narrativo resulta equilibrado y contenido en las diferentes escenas.Y bien Naomi Watts, espectacular, bien Viggo Mortensen, que da miedo, bien los dos juntos, actúan en cada plano, secuencia, a modo de hilos conductores de la trama.

Ya en el arranque de la película, David Cronenberg nos pone en antecedentes, a modo de preludio, de que no le va a temblar la cámara allí donde se requiera visualizar la violencia en su máxima expresión. Así que según avanza la historia no nos extraña toparnos aquí y allá con duras imágenes, especialmente en la antes mencionada barbería, en el prostíbulo, en la ceremonia de ingreso/iniciación a la mafia de Viggo Mortensen y en la encerrona del baño turco.

Sin embargo, quizás por estar avisados desde el inicio, y al haber resistido la película en sus impactantes cinco primeros minutos, estas feroces manifestaciones de violencia se nos antojan acertadas y ajustadas a la naturaleza de la realidad que David Cronenberg nos quiere mostrar. Y para nada nos resultan gratuitas ni forzadas, antes bien, aportan verosimilitud y credibilidad a un descenso a los infiernos que se nos antoja un clásico del futuro.

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