sábado, 5 de mayo de 2012

Bajo el Signo de Caín de Miguel Bosé (Cara A)

Bajo el Signo de Caín (1993) es un álbum que supone un punto de inflexión en la carrera de Miguel Bosé. Aunque llevaba tiempo intentando sacudirse el sambenito de cantante para fans, rodeándose para ello de excelentes profesionales, en busca de colaboraciones que aportasen madurez temática a sus composiciones, la tarea no era fácil dado su encasillamiento artístico por parte del público.

Con Bajo el Signo de Caín, sin embargo, Miguel logra su objetivo con creces, e incluso no le teníamos demasiado aprecio hasta entonces, tuvimos que descubrirnos ante el discazo que es.

 Te Comería el Corazón se inicia sobre capas de guitarras y teclados, una sección rítmica de lujo en una producción muy cuidada, y Miguel poco menos que susurrando, un mar de tranquilidad que para nada anticipa el contenido de la letra de la canción.

Cuando Miguel entona el estribillo con toda la potencia de su voz, la canción alcanza una cota preciosa, acompañada por guitarras aflamencadas, y otra vez el manto de guitarras, teclados, y la batería a contrapunto.

Un comienzo de disco sosegado en lo musical, pero de letra dura.

Lo que Hay es lo que Ves, sigue la tónica de Te Comería el Corazón, si bien en esta ocasión hay una melodía más clara a cargo de los vientos.

La letra, como es norma en Miguel, nos envuelve sin que lleguemos a entender el sentido completo de la misma, pues a menudo Miguel sacrifica la claridad del mensaje, bien por una versificación más velada, bien por una musicalidad que, en caso de duda, acaba prevaleciendo sobre el texto.

Pero básicamente se trata de jugar con el sentido de la expresión lo que ves es lo que hay, esto es, sinceridad y transparencia absolutas.

Si Tú No Vuelves, es uno de los exitazos de Miguel de todos los tiempos, y en ella Miguel hace alarde de todos sus registros vocales, recitando, susurrando al oído como si cada uno de los oyentes fuésemos el único y exclusivo destinatario del mensaje de la canción, quiebros y requiebros en la cuerda floja del gallo, respiraciones sentidas como expresión máxima del sentimiento implicado, en fin, una interpretación sublime en la que el fondo y la forma casan tan perfectamente que no nos podemos resistir y acabamos creyéndonos que somos, efectivamente, tan imprescindibles para Miguel como nos quiere hacer ver.

Y de un exitazo a otro, Nada Particular, es de mis canciones preferidas de Miguel de todos los tiempos. Reconozco que me entró antes por el oído, que por el sentido del mensaje, pues tardé en entender la letra, pero sonaban tan bien engarzadas música y letra que la verdad es que me daba un poco igual, y aquí empecé a entender que Miguel no tenía nada que envidiar a artistas internacionales del caché de Peter Gabriel y por ahí.

Cuando entra el estribillo, hacia el final de la canción, y Miguel se funde con su coro, no puedo menos que sentir una corriente eléctrica en la columna vertebral, que en los conciertos de la gira de Papito llegaban al éxtasis / orgasmo colectivo.

Mayo, retoma el susurro de la estrofa con el contraste potente del estribillo al estilo de Si Tú No Vuelves, pero la belleza del timbre de voz de Miguel no nos deja caer en comparaciones, y nos emociona con su capacidad de transmitir sentimientos encontrados canción a canción.

Bajo el Signo de Caín, es otro de los platos fuertes del disco, e incorpora en grado superlativo los recursos musicales que venimos anotando. En cuanto a la letra, es una oración / pulso a un dios con el que Miguel no parece encontrarse en muy buenos términos.

Por último, y para cerrar esta primera cara del disco, insistir en la lujosa producción, fruto de un proceso que ya venía dándose en los discos de Miguel, esto es, un giro de lo italiano / mediterráneo a lo británico / anglosajón, a los mandos de la composición y producción musicales.

2 comentarios:

  1. Sin duda la dirección del album es hacia el new age

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  2. Recién lo escuché hace 5 años y me sorprendió la madurez del trabajo

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