La verdad es que el aviso que cerraba nuestro post anterior se quedó corto y no refleja suficientemente el grado de tremebundez de la canción, de ahí que la haya subtitulado / calificado de Cuento Repelús.
Sigue valiendo que la guitarra está desafinada, que la voz ni te cuento, que la interpretación no está ensayada, ni la letra memorizada, y se repiten todas y cada una de las estrofas, con notorios errores de cambios de acorde y, para terminar, unos coros deleznables.
Por si fuera poco, aunque hemos intentado limpiar la copia con modernos editores digitales, nuestro esfuerzo ha sido en vano, pues queda en la grabación todo aquello que detestamos de la era analógica, a saber, sonidos como de disco rayado, así como la famosa "musmusilla" o ruido de fondo que se escuchaba en las cassettes de baja calidad, por no hablar de una música que suena por detrás de la canción y pensamos que es un fragmento de la ópera Carmen de Bizet.
Como aún tenemos reciente la reseña de la etapa de Pink Floyd con Syd Barrett, diríamos que este cuento, salvando obviamente las distancias del genio excesivo, podría entroncarse con los viajes lisérgicos y esotéricos, a mundos fantásticos y exóticos, del bueno de Syd, un chalado cósmico a su manera.
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