miércoles, 30 de mayo de 2012

Sur de Revólver (Cara A)

Sur es un discazo de Revólver, quizás su clásico por excelencia, por delante de Eldorado. A estas alturas Carlos Goñi ya lleva a sus espaldas dos / tres muy buenos discos y domina el negocio, tanto en estudio y en directo, como entre bambalinas.

De ahí que se embarque en la aventura de grabar Sur a todo lujo / presupuesto. Y la verdad es que logra un éxito sin precedentes hasta entonces en el panorama rock en castellano. La crítica también reconoce el esfuerzo de internacionalización que venía fraguándose desde la colaboración del productor Mick Glossop en su anterior disco, Calle Mayor, así como el despliegue de recursos y medios puestos al servicio del álbum.

San Francisco comienza con sonidos de tráfico, bocinas, y demás. La voz de Carlos Goñi se abre paso entre un muro de guitarras acústicas, hasta que entra la banda con la sección rítmica liderada por la batería de Paul Smith a plena potencia. Un par de notas a la guitarra eléctrica bastan para mencionar la calle de Fillmore, epítome del hippismo y la psicodelia de finales de los 60s del siglo XX, herencia grabada a fuego en el ADN de San Francisco.

El solo de Carlos es estratosférico, como queriendo hacer un homenaje a las desquiciadas guitarras de los Grateful Dead de Jerry García, el grupo de Frisco por antonomasia. Y, atravesando el Golden Gate, la carretera 101 nos lleva camino de San José pero, en palabras del propio Goñi, ya no habrá más mañanas que nos vean despertar.

San Pedro tiene un ritmo más veloz que San Francisco, y un tratamiento más cañero, con suficientes alardes guitarreros como para satisfacer a los fieles más rockistas de Carlos.

Como me suele ocurrir con Revólver, me encanta la música, no así la letra, de tipo prosaico, tal y como le suelen salir a Carlos, de forma que apenas hay margen para la imaginación, pues nos narra las historias a la vieja usanza, con planteamiento / nudo / desenlace, sin que los estímulos que Carlos nos lanza consigan que nuestras neuronas establezcan la mínima conexión metafórica que nos ilumine con imágenes imperecederas.

A pesar de ello, un temazo en toda regla, con otro solo muy trabajado, y toda la banda, doblada una y mil veces, perfecta en su ejecución del tempo, armonía y melodía.

Con Balas Perdidas entramos ya en el tipo de tema de Revólver que me fascina. Pesado a la vez que melódico, con guitarras restallantes / optimistas, Balas Perdidas es equiparable a The Whole of the Moon de The Waterboys.

El puente / bridge está muy logrado y, por fin, Carlos se sacude esa excesiva / alargada sombra del Boss que parecía nunca iba a ser capaz de quitarse de encima ni superar.

Con semejante música, hasta la letra del estribillo se me antoja interesante, y Balas Perdidas está entre mis canciones preferidas de Carlos.

He de Salir es una balada en toda regla, de las de guardar silencio y encender mecheros. En He de Salir el protagonista le pide un poco de distancia / libertad a su pareja, pues necesita un cambio de aires para evolucionar en su desarrollo / crecimiento personal.

Con Sara, el disco retoma el pulso de Balas Perdidas, y es una canción que me gusta casi tanto como aquélla.

Una secuencia de notas de fácil escucha, un puente / bridge envidiable y un estribillo antológico, cantado con mucho gusto, y es que Sara ha vuelto a la ciudad, y eso enciende y hace temblar a su viejo amor, que aún no ha conseguido olvidarla del todo -¿por qué diablos paró aquí tu tren?

Y es que Sara era también la mujer de Dylan, pero su relación se enturbió a partir de Blood on the Tracks y Desire, y acabaron separándose poco tiempo después.

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