martes, 15 de mayo de 2012

Los Tres Cerditos


Aquí presentamos la segunda de las Canciones / Cuento que hemos dado en bautizar Cuentos Repelús.

Tal y como anticipábamos en un post anterior sobre Los Tres Cerditos, los errores que aquí se constatan son similares a los ya comentados para Caperucita Roja, a saber, una inconsistente asintonía entre voz y guitarra, ambas desafinadas, por cierto, una cansina redundancia de versos y estrofas por falta de ensayo, y fallos constantes en los cambios de notas así como en el pulso rítmico, con el agravante de que Los Tres Cerditos dura el doble que Caperucita Roja.


En su haber, la secuencia de notas y el ritmo en Los Tres Cerditos están más logrados que en Caperucita Roja, incluso el bridge podría salvarse y ser aprovechable / reutilizado con mejor fortuna, pero sigue siendo una tortura escuchar al cantante y su guitarra, en esta ocasión sin coros insufribles, que también se agradece.


Se diría que el autor ha intentado emular, modosamente y sin éxito, la guitarra rítmica de Lou Reed y el fraseo vocal de Bob Dylan, vano empeño.

En nuestra modesta opinión, en estos tiempos de crisis de la industria musical, necesitamos más de la irreverencia de Bebe y de Christina Rosenvinge que de ñonas Teresas Rabales, dicho con todo el respeto y cariño del mundo.








Por último, la letra está plagada de lugares comunes, y sustituye las tradicionales casas de paja, madera y piedra, por cemento, arcilla y papel, cambio inverosímil, como atreverse a grabar este bodrio de mal gusto.




En fin, quedan avisados, por nuestra parte, seguiremos informando y editando por entregas las perlas extraídas de esa Cinta / Cassette anónima que providencialmente cayó en nuestras manos, por hacer humor y, por qué no reconocerlo, también escarnio de un autor cuyo destino imaginario pudiera ser flotar en el aire, absorbido por la pintura abstracta, presunta víctima de una venganza oriental.

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